La soledad es fundamental

No hay otra manera de estar que solo. Uno puede olvidarlo, uno puede olvidarse de sí mismo en muchísimas cosas, pero una y otra vez la verdad se reafirma. Por eso después de cada experiencia profunda te sentirás solo.

Esto parecerá muy paradójico, porque ordinariamente la gente cree que el amor les hará sentirse en compañía. Eso es una completa insensatez. Si el amor es profundo te hará consciente de la soledad, no de la compañía. Cuando algo cala hondo, ¿qué ocurre?: dejas la periferia de tu ser y entras en tu centro, y el centro es todo soledad. Allí estás sólo tú; o ni siquiera tú, tan sólo una consciencia sin ego, sin identidad, sin definición, un abismo de consciencia.

Después de escuchar bella música, o después de penetrar en el significado de una gran poesía, o ver la belleza de un atardecer, en el despertar siempre te sentirás triste. Viendo esto, millones de personas han decidido no ver la belleza, no amar, no meditar, no rezar, evitar todo lo que sea profundo. Pero aunque evites la verdad, la verdad te golpea algunas veces. Sin que te des cuenta, te posee.

La soledad es tremendamente bella porque es profundamente libre. Es absoluta libertad; ¿cómo puede crear tristeza?

Sentirse solo es la soledad mal interpretada. Significa que echas de menos al otro. ¿Y quién es el otro?: alguna excusa que te ayuda a olvidar tu consciencia, algún toxico: puede ser una mujer, un hombre, un libro, cualquier cosa; cualquier cosa que te ayude a olvidarte de ti mismo, que se lleva el recordarte a ti mismo, eso te quita el peso de la consciencia.

La soledad es inmensamente bella. La soledad es un momento en el que ya no se necesita al otro, tú eres suficiente para ti mismo; tan suficiente que puedes compartir tu soledad con toda la existencia. Tu soledad es tan inagotable que aunque inundes toda la existencia, aún te quedará más. Cuando estás solo, eres rico, cuando te sientes solo eres pobre.

El que se siente solo es un mendigo; su corazón es una escudilla. El que está solo es un emperador; Buda está solo.

Y lo que a ti te ha ocurrido ha sido sentirte solo, pero tu interpretación es errónea, viene de tus experiencias pasadas, de tu mente pasada. Abandona la mente. Entra en tu soledad; obsérvala, saboréala. Hay que mirar todos sus aspectos. Entra desde todas las puertas posibles; es el mayor templo que existe. Y es en esta soledad donde te encontrarás a ti mismo; y encontrarse a uno mismo es encontrar a Dios.
 OSHO

Sabiduría Retrospectiva

El otro nunca es responsable. Estate atento. Si te vuelves sabio en el momento, no habrá problema. Pero todo el mundo se vuelve sabio cuando el momento ha pasado.
La sabiduría retrospectiva no vale nada.
Cuando lo has hecho todo, cuando has luchado, sermoneado y te has quejado y
luego te has vuelto sabio y visto que no tenía sentido, es demasiado tarde. No sirve para nada... porque ya has cometido el daño.

Esta sabiduría es una sabiduría falsa. Te brinda la sensación de que has entendido. Ese es un truco del ego. Esa sabiduría no te va a ayudar.
Cuando estabas haciendo lo que hacías, en ese mismo momento, simultáneamente, es cuando ha de surgir la percepción y deberias comprender que lo que haces es inútil.
Si eres capaz de verlo cuando está presente, entonces no puedes hacerlo. Jamás se puede ir contra la propia percepción, y si se va contra ella, esa percepción no lo es. Se la está confundiendo con otra cosa.

Así que recordar, el otro jamás es responsable de nada. Es algo que hierve en tu interior. Y por supuesto la persona a la que amas es la que está más próxima a ti. No puedes arrojárselo a un desconocido que pasa por la calle, de modo que la persona que más próxima tienes se convierte en el receptáculo en el que puedes continuar vertiendo todas tus tonterías.

Pero hay que evitar eso, porque el amor es muy frágil. Si lo haces demasiado, si te excedes, el amor puede desaparecer.
El otro nunca es responsable. Intenta que esto sea un estado tan permanente de percepción en ti que siempre que empieces a ver algo malo en el otro, lo recordarás.
Sorprendete con las manos en la masa, para poder parar en el acto. Y pedir que te perdonen.

OSHO

Un Lugar de Ecos

El mundo es un lugar de ecos si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos.
El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y gran sufrimiento. El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. Él mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado.

Repito, si tiene algún motivo ulterior, tu amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado a ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite. El amor sin motivo carece de limites: es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.

Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, nos vuelve rebotado a nosotros. El mundo es un lugar de ecos: si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello.

Se puede confiar: acontece por su cuenta. Esta es la ley del karma: se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar en ello, es algo automático. Odia, y te odiarán. Ama, y te amarán.

OSHO

Elige la Naturaleza

Siempre que veas que la sociedad está en conflicto con la naturaleza,
elige la naturaleza... sin importar el precio. Jamás perderás.
Hasta ahora se ha considerado que el individuo existe para la sociedad, de modo que ha de acatar lo que la sociedad dicte. Debe encajar en ella. Esa es la definición del ser humano normal: uno que encaja en la sociedad. Aunque la sociedad esté loca, hay que encajar en ella; entonces eres normal.

El problema que ahora se le plantea al individuo es que la naturaleza exige una cosa y la sociedad lo contrario. Si la sociedad demandara lo mismo que la naturaleza, no habría conflicto. Habríamos permanecido en el Jardín del Edén.

El problema surge porque la sociedad tiene sus propios intereses, que no necesariamente están en sintonía con el individuo y sus intereses. La sociedad posee sus propios intereses; el individuo ha de ser sacrificado. Nos encontramos en un mundo que está patas arriba. Lo correcto sería justo lo opuesto.

El individuo no existe para la sociedad, sino esta para el individuo. Porque la sociedad
es simplemente una institución, carece de alma. El individuo posee alma, que es el centro consciente.

OSHO

Aficionados y Expertos

Todos los grandes descubrimientos los hacen los aficionados.
Siempre sucede... cuando empiezas un trabajo nuevo, sos muy creativos, te involucras profundamente, proyectas todo tu ser. Entonces, poco a poco, te vas familiarizando con el territorio. Y en vez de ser original y creativo, comenzas a ser repetitivo. Eso también es natural, porque cuanta más habilidad adquirís en cualquier trabajo, más repetitivo
te volvéis. La destreza es repetitiva.

De manera que los grandes descubrimientos los hacen los aficionados, nunca la gente experta... porque una persona experta pone mucho en juego. Si sucede algo nuevo, entonces, ¿qué será de su vieja habilidad? Durante años ha aprendido y se ha convertido en un experto.

Por ello los expertos jamás descubren nada; nunca van más allá de los límites de su
conocimiento. Por un lado se vuelven más y más diestros, y por el otro, más y más aburridos, hasta que el trabajo parece una carga. Porque ya no hay nada nuevo que pueda entusiasmarlos... ya saben lo que va a pasar, saben lo que van a hacer; no hay sorpresa en ello.

Así pues, aprende una lección: es bueno alcanzar una habilidad, pero no es bueno
acostumbrarse a ella para siempre. Cuando te surja la sensación de que las cosas se han
estancado, cambialas, inventa cualquier cosa, añade algo nuevo, borra algo viejo. Vuelve a ser libre del patrón en el que te has caído, lo que significa ser libres de tu habilidad; vuelve a ser aficionado.

Eso requiere coraje y agallas, pero así es como se torna hermosa la vida.

OSHO

Iluminación



En el momento en el que te iluminas, toda la existencia se ilumina. Si estas en
la oscuridad, entonces toda la existencia está a oscuras. Todo depende de ti.
Hay mil y una falacias alrededor de la meditación. Esta es muy simple: no es otra cosa
que conciencia. No es recitar, no es emplear un mantra o un rosario. Estos son métodos
hipnóticos. Pueden proporcionarnos un cierto descanso. No hay, nada malo en ello, si lo único
que se pretende es la relajación. Cualquier método hipnótico puede ser de ayuda, pero si se
quiere la verdad, no basta.

La meditación simplemente significa transformar tu inconsciencia en conciencia.
Por lo general, solo una décima parte de nuestro cerebro es consciente, y nueve décimas
partes son inconscientes.
Únicamente una parte pequeña de la mente, una capa fina, posee luz; por lo demás, la casa está a oscuras. Y el desafío es hacer crecer esa pequeña luz para que toda la casa se inunde de luz, con el fin de que ni un nicho o rincón queden en la oscuridad.

Entonces toda la casa rebosa luz, y la vida es un milagro; tiene la cualidad de la magia.
Deja de ser ordinaria y todo se vuelve extraordinario. Lo mundano se transforma en lo
sagrado y las cosas pequeñas de la vida comienzan a tener una importancia tremenda, que ni
siquiera habríamos imaginado.
Las piedras corrientes parecen tan hermosas como los diamantes, toda la existencia se ilumina. En el momento en el que te iluminas, toda la existencia se ilumina. Si estas en la oscuridad, entonces toda la existencia está a oscuras. Todo depende de ti.

Osho